Hay libros que uno lee y le gustan tanto que desde antes que se llegue al final presiente que no los olvidará y que pasaran a formar parte de cada una de las millones de células que forman el cuerpo humano. A mi me ha pasado un par de veces en el pasado y me sigue pasando mes con mes cuando leo selecciones del reader´s digest. A selecciones la recuerdo desde siempre, incluso desde antes de aprender a leer, gracias a mi papa y a mi abuelo los cuales se encargaron de contagiarme con el germen de la lectura desde muy corta edad. fue amor a primera vista, la revista me conquistó con coloridos, creativos y divertidos dibujos con los que acostumbran acompañar sus artículos, los cuales a la fecha suelo ver con detenimiento y no dejo de admirar y de divertirme con el toque de buen humor que siempre saben dar a los asuntos más serios.
Nada es más fascinante que lo prohibido. Esto es así y fue particularmente cierto también para selecciones en los años 80 en los cuales la sexagenaria revista fue considerada peligrosa para los ideales revolucionarios nicaragüenses y su circulación prohibida. Pero no hay mejor aliciente para los grandes amores que una buena dosis de oposición y adversión más una pizca de clandestinidad. Y me tocó leer a escondidas los ejemplares que le traían a mi abuelo de México, disfrutando cada parte de la revista, desde los colores de su portada hasta el olor que sólo lo nuevo puede dar.
Hoy basta ir a cualquier tienda, librería o incluso en los kioscos de revistas de los mercados para tener tu ejemplar del mes. Fue precisamente buscando “mi dosis mensual de revista” que hace unos tres años me encontré que en lugar de la edición ordinaria estaba la edición de los 60 años de selecciones, un auténtico banquete para los lectores y la cual tuve la dicha de comprar dos veces y la desdicha de perder otras dos veces más.
El destino así lo quiso y trato de pensar que esas dos pérdidas contribuyen al aire legendario propio de las ediciones extraordinarias.
Creo que haberlas perdido es lo mejor que les pudo haber ocurrido a mis revistas pues ahora son recordadas, extrañadas y mitificadas… y porque al igual que en la vida en la que los amores imposibles son añorados, la selección que se tuvo y se perdió es la mejor de todas.
El Nicaraguense
Ya lo leistes? Un buen día me pregunté si habría algún libro que retratara a nuestra gente tal y como es, no estoy hablando de fotos, sino de algo más sublime, de algo mágico: palabras. Empecé a leer "El Nicaraguense" un pequeño y apasionante ensayo acerca de nosotros los nicas y terminé fascinado amando un poquito más a mi Nicaraguita.
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